Lira

jueves, 1 de septiembre de 2011

Anacreonte

Norbert Schrödl (1842-1912) - El poeta Anacreonte con sus musas


Anacreonte nació alrededor del 570 a.C. en la isla jónica de Teos. Dejó su ciudad natal bajo la amenaza de la invasión persa para trasladarse a Abdera en Tracia y luego a Samos a la corte del tirano Polícrates. A de la muerte de este ultimo pasó a residir en Atenas donde fue acogido con honores por Hiparco, hijo y sucesor de Pisístrato, protector de las artes. Cuando los tiranos fueron expulsados de Atenas encontró acogida en Tesalia, huésped de la corte de los Aleudas.  Murió en edad avanzada alrededor del año 485 a.C., probablemente después de haber vuelto a su nativa Teos.
Su obra fue ordenada por los filólogos alejandrinos en 5 o 6 libros  de los cuales nos quedan uno 160 fragmentos pero suficientes para apreciar la gracia de sus elegías, la fuerza de los yambos y la exaltación del eros y de la convivialidad en las elegías donde recoge la tradición de Safo y Alceo.
Su lengua es el dialecto jónico con algún elemento eólicos. La poesía de Anacreonte se desarrolla en el ámbito del simposio. Los temas más frecuentes son eróticos y convivales, expresados de forma flexible y armoniosa y caracterizados siempre por un sentido de la  mesura che califica, antes del estilo, el modo di sentir del poeta. El eros es expresado como juego,  más che atormentada pasión, y el banquete es ocasión de alegría y de amables conversaciones, más que de embriagueces descontroladas.
Fueron numerosas las imitaciones de su poesía en época helenística de los temas convivales y eróticos dichos Anacreónticos. En Roma este género se difundió mucho y Horacio es considerado un continuador de  los modos y tonos de Anacreonte.


Tres fragmentos de carácter amoroso:

Yo querría convertirme en espejo, para que tu me miraras siempre; quisiera ser túnica para que me llevaras puesto siempre; yo quisiera ser, amiga mía el agua con que bañas tu cuerpo, la esencia con que te perfumas, la bandeleta que sostiene tus pechos, la perla que adorna tu cuello; y hasta quisiera ser sandalia porque as¡, por lo menos, podría vivir a tus pies.

Flota como un alga blanca, sus manos de pálidos reflejos hienden las olas que sostienen su cuerpo y la impulsan hacia adelante. Encima de sus pechos rosados, encima de su cuello delicado, el agua profunda viene a chocar con su garganta; y en la transparencia azulada del mar apacible Cipris aparece, semejante a un lirio rodeado de violetas.

Imita a Anacreonte el cantar armonioso. Vacía en honor de los jóvenes la amable copa que inspira la elocuencia; busquemos en el dulce néctar un consuelo que nos permita huir de los ardores del amor.

© Giulio Genovese 2011

5 comentarios:

  1. ¿No tienes más fragmentos?, me encantaron.

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    1. Hola Thana,
      te puedo aconsejar la
      "Antología de la poesía lírica griega"
      publicado por Alianza Editorial.

      Saludos cordiales
      Giulio Genovese

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  2. IDEM Pedurara por las penas del amor por los siglos
    JONAS CRUSOE

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    1. Hola Jonas,
      el libro que he descrito en el comentario anterior te podrá gustar.
      Geacias por leer el blog.

      Un saludo

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